Alemania, se organiza como una república parlamentaria federal y su capital es Berlín. Su territorio, formado por dieciséis estados federados (Bundesländer), limita al norte con el mar del Norte, Dinamarca y el mar Báltico; al este con Polonia y la República Checa; al sur con Austria y Suiza, y al oeste con Francia, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos. La ciudad de Büsingen, enclavada en Suiza, también forma parte de Alemania.
El territorio de Alemania abarca 357 022 km² de extensión2 y posee un clima templado. Con más de 82,2 millones de habitantes, representa la mayor población entre los estados miembros de la Unión Europea y es el hogar del tercer mayor grupo de emigrantes internacionales. Después de los Estados Unidos, Alemania es el segundo destino de las migraciones más popular en el mundo.
Tras abdicar el último monarca del Sacro Imperio Romano Germánico, se inició, en los antiguos estados que lo componían, una dispar búsqueda por crear un estado nacional alemán unificado. La cuestión territorial se debatía entre la creación de una «gran Alemania», que incluyese los territorios germanófonos austriacos o una «pequeña Alemania», formada exclusivamente por otros estados. A esta disyuntiva se sumaba la cuestión institucional sobre el reparto de poder entre el pueblo y la corona.
La cuestión se planteó de manera concreta tras la caída del Primer Imperio francés. Napoleón, el emperador de los franceses, fue derrotado, pero el hecho de terminar con la dominación extranjera no les reportó a los alemanes una Alemania unida dentro de la Confederación Germánica, implantada en 1815.
En marzo de 1848, la revolución estalló en Alemania. Convertir a Alemania en un estado nacional e institucional suponía tener que definir qué pertenecía a Alemania. El primer Parlamento libremente elegido, en Fráncfort del Meno, descubrió que no era posible forzar el establecimiento de un estado nacional pangermánico, con inclusión de Austria. Este hecho planteó la solución de la «pequeña Alemania», en la forma de un imperio bajo la hegemonía del Reino de Prusia.
El parlamento exigió que, como emperador alemán, el rey de Prusia tendría que renunciar a su carácter divino y concebirse a sí mismo como ejecutor de la voluntad del pueblo, exigencia esta que el monarca rechazó en 1849, impidiendo de esta forma que se realizara la unificación alemana.
Sus tradiciones.
En Alemania es importante la cuenta atrás de Navidad, a la cual se le llama Adviento y dura cuatro semanas. En el pasado se realizaba ayuno, así como actividades religiosas. En la actualidad es una época festiva.
Lo que más destaca de esta temporada es el Calendario de Adviento, formado por 24 puertas tras las que frecuentemente se esconde un dulce o chocolatina. Cada día se tiene que abrir una puerta distinta.
La noche del 5 de diciembre llega a las casas Nikolaus, el Santa Claus alemán. Éste deja dulces y regalos en los zapatos de los niños, los cuales suelen colocarse en la chimenea o tras la puerta. En la mañana del 6 de diciembre los jóvenes van corriendo a mirar qué hay en sus zapatos.
Nikolaus va acompañado de Knecht Ruprecht (literalmente, “siervo Ruperto”). Lleva una túnica sucia y azota con su saco a los niños que no se han portado bien. En el sur de Alemania esta figura es sustituida por el Krampus, el demonio de la Navidad.
En las calles destacan en estas fechas los mercados navideños. A lo largo del país se montan más de 150 distintos. Estas ferias están formadas por pequeñas casas de madera decoradas e iluminadas en las que se venden regalos y comida típica. La noche del 24 de diciembre las familias celebran la navidad.
SU GASTRONOMÍA.
La gastronomía alemana varía mucho de una región a otra del territorio y está muy influenciada por el entorno cultural y social, por ejemplo, las regiones del sur de Baviera y Suabia comparten mucho estilos y platos con los vecinos suizos y austriacos. En el oeste las influencias con la cocina francesa son bastante más pronunciados y tienen influencias vinícolas con este país, mientras que en las comarcas del este se encuentran influencias de los países del este de Europa y las del norte con la holandesa, sobre todo en las zonas costeras en la que se puede encontrar una abundancia de platos de pescado, existen no obstante muchos elementos en común con las recetas escandinavas.
Las carnes más empleadas en la cocina alemana son la carne de cerdo (de la que Alemania es uno de los mayores consumidores en Europa)1 y la carne de ternera así como de aves de corral. Bajo esta última denominación encontramos las carnes de gallina, ganso, pavo, la oca de Pomerania (de la que se extrae la pechuga para posteriormente ahumarla), etc. La cocina tradicional alemana contiene carnes de caza tales como: jabalí, conejo y corzo, y forma parte de platos muy típicos, como lo es el relleno del Rin. Las carnes de cordero y de cabra no son muy populares, y apenas pueden encontrarse en los mercados. La carne de caballo no es una especialidad general de Alemania, y queda reducida a sólo algunas regiones (Baja Sajonia). La carne se puede encontrar en los mercados la mayoría de las veces procesada en forma de embutido (Wurst), y puede decirse que es la forma típica de expresión en la cocina alemana, la mayoría de estos embutidos contiene carne picada con diversas especias y formas de preparación: crudas, escaldadas (Brühwurst), asadas, etc. En Westfalia, Suabia y Baviera se tiene predilección por el curado del jamón, generalmente fuertemente ahumado.
Los pescados son corrientes en las zonas costeras del norte (Mar del Norte), donde abunda el arenque (Uno de los platos más típicos es el Rollmops), el salmón, el carbonero, el Seelachs, muy similar al bacalao, la solla y el rodaballo. En las zonas del norte cercanas a los ríos, se suele comer anguila (Aal) ahumada y trucha (la más famosa es la de la Selva Negra, servida en papillot). Los pescados se pueden encontrar la mayoría de las veces ya preparados en escabeche, ahumados, en salazón, o inmersos en salsas especiales, así como envasados al vacío. En el sur, los grandes lagos como el Constanza son fuente de diversas especies de pescado de agua dulce.
En el terreno de los mariscos, estos pueden verse como una comida exclusiva del norte, por ejemplo, en Heligoland, existe la tradición de servir algunos platos con bogavante, y, en el norte (islas frisias), es muy popular una especie de diminuta gamba (Krabben o Granat), muy similar al camarón, que se toma en el desayuno.
LA CULTURA DE ALEMANIA
Las raíces de la cultura alemana, se remontan muchos siglos en el pasado. Algunos expertos consideran que lo que se denomina cultura alemana trasciende las actuales fronteras de este país. Esto se debe a las innumerables mutaciones fronterizas que ha sufrido Alemania a lo largo de los últimos siglos. Por ejemplo, en lugar de hablar de cultura "alemana" se puede emplear también el término "germana", que abarca Austria y otras regiones de Europa.
El idioma alemán fue una vez la lengua franca de Europa central. Muchas figuras históricas importantes, aunque no alemanas en el sentido moderno, estuvieron inmersas en la cultura alemana, por ejemplo Wolfgang Amadeus Mozart, Franz Kafka y Copérnico.
La literatura alemana se remonta a la Edad Media y las obras de escritores como Walther von der Vogelweide y Wolfram von Eschenbach. Diversos autores y poetas alemanes han ganado gran renombre, incluyendo Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich Schiller. Las colecciones de cuentos populares publicados por los Hermanos Grimm popularizó el folclore alemán en el plano internacional. La influencia de autores del siglo XX incluyen Thomas Mann, Bertolt Brecht, de Hermann Hesse, Heinrich Böll y Günter Grass.
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